Un enigma en tiempo de Herejías: Quintanilla de las Viñas
Quintanilla de las Viñas, Burgos, un misterio visigodo
Cuando en el siglo V el pueblo visigodo invadió la antigua Hispania romana, trajeron consigo una religión muy particular: el Arrianismo, una forma primitiva y herética del cristianismo salpicada de símbolos y creencias paganas muy alejadas de la religión oficial del Imperio... Pocos restos quedan de su cultura, pero en un recóndito paraje de la tierra de Lara, en Burgos, una antigua ermita nos revela parte del misterio olvidado de su antiguo Regnum Visigotorum. Uno de los lugares más enigmáticos de nuestro país, ubicado bajo el legendario paralelo 42.

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ahora brilla el sol. / Tú has multiplicado la felicidad, has acrecentado la alegría; ellos se alegran en tu presencia, como se alegran en la cosecha, como cuando reina el gozo en el reparto del botín. / Porque el yugo que pesaba sobre ellos, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. / Porque las botas usadas en la batalla, y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. / La soberanía reposa sobre tus hombros y se te da por nombre: ‘Consejero maravilloso, Rey fuerte, Príncipe de la paz’. / Y habrá una paz sin límite en vuestro reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. Él hará todo esto.
Isaías.9.

Escondido en un denso bosque de maleza permanecía olvidado uno de los templos más extraños de nuestro territorio, hasta que en 1921 el párroco del lugar encontró sus restos casi inalterados, aunque tan sólo eran una pequeña parte de lo que debió ser su conjunto original. A partir de entonces los descubrimientos en este remoto paraje se sucedieron año tras año: dólmenes, estelas y signos funerarios, restos de asentamientos celtas y villas romanas, y también la impronta de uno de los últimos supervivientes de los temibles pueblos bárbaros del este: los visigodos, que en su odisea de viajes y batallas, desde las orillas del Mar Negro, llegaron a España en el siglo V tras sobrevivir a Ostrogodos, Hunos y al propio Imperio de Roma. Eran los comienzos de lo que hoy conocemos como Edad Media y su historia es, en cierto modo, la nuestra.

Quintanilla de las Viñas, Burgos, Tierra de Lara

Un origen incierto en una edad oscura

Aunque probablemente se remonta a época visigoda (Ss. V-VIII), desde su descubrimiento hasta la actualidad existen aún demasiadas dudas sobre origen de este misterioso templo, salpicado de símbolos paganos indescifrables. Muchos han sido los que han teorizado sobre ello, basándose en escritos y crónicas de épocas posteriores, ya que no aparece en prácticamente ningún documento. Respecto a los detalles arquitectónicos hay cierta convergencia hacia su origen bárbaro, encontrando paralelismos en la iconografía con otros como el templo visigodo de San Pedro de la Nave (Zamora), en la arquitectura con la iglesia de San Juan de Baños en Palencia y el influjo del arte bizantino/romano que siempre estuvo presente en la escultura visigoda.

Vista del Abside de Quintanilla de las Viñas

Vista del Abside de Quintanilla de las Viñas

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que en su época fue un templo mucho mayor, conservándose únicamente en la actualidad el ábside, tal vez la zona más sagrada y, como veremos, llena de misterios. Si sólo el ábside ha planteado tantas dudas y discusiones, ¿cómo debía ser el conjunto completo?. Esto es algo que actualmente sólo podemos imaginar. Aún así, bajo el sencillo aspecto de una ermita rural, Quintanilla de las Viñas sigue siendo una de las obras más extrañas y únicas del arte antiguo en la Península. Su construcción contundente y cuidada, de algún modo busca imitar la grandeza de antigüedad clásica, cuyos conocimientos estaban cayendo el el olvido en aquella época oscura, y sus muros milenarios esperan aún muchas respuestas que tal vez nunca llegarán.

Símbolos secretos en un conjunto inexplicable

En la soledad del templo, en este paraje recóndito y lleno de silencio, los relieves que envuelven la fachada nos llaman desde siglos olvidados. Estos símbolos no han sido interpretados aún de manera satisfactoria, pero algunos elementos nos dan pistas sobre las creencias y cultura del pueblo bárbaro de los visigodos, y sobre los mensajes ocultos en este templo.

Relieves de Quintanilla de las ViñasLa decoración exterior consiste en tres bandas de relieves muy diversos y enigmáticos. Por ejemplo, en los relieves de la banda central destaca la presencia de la vid, lo cual puede explicar el nombre del lugar. La vid es un símbolo cristiano de resurrección, y el círculo un símbolo transcultural de eternidad y regeneración. En esta banda decorativa lo más llamativo son, no obstante, los tres monogramas en forma de cruz que se tallaron entre flores de seis pétalos y una vid serpenteante (¿mandalas, símbolos de la expansión del alma o la conciencia, o tal vez símbolos solares/astrales?) que decoran este muro oriental, así como otros tres círculos vacíos que, no se sabe por qué, nunca llegaron a tallarse, tal vez a la espera de ser tallados por futuros patrones del templo que nunca llegarían.

Relieves de Quintanilla de las Viñas, friso, decoración,Además en los frisos superiores encontramos todo un muestrario de aves, cuadrúpedos y seres mitológicos: antílopes, osos, leopardos, leones, todo tipo de aves e incluso un ave fénix y un grifo. Hay que tener en cuenta que todas estas figuras se encuentran inmersas dentro de una decoración con un sentido trascendente, cuyo mensaje queda aún por descifrar. En el caso de los árboles representados, se distinguen hasta 5 especies diferentes y son un motivo muy habitual en el arte visigodo: representan el hom o árbol de la vida. Muchos investigadores coniciden en que esta decoración tiene un fuerte influjo del arte de la Persia sasanida (actual Irán) transmitido probablemente a través de Bizancio.

grifo

Llámase ‘grifo’ a un animal dotado de alas y de cuatro patas. Semejante clase de fieras habitan los montes hiperbóreos. Su cuerpo es su conjunto el de un león; por sus alas y su cabeza se asemejan a las águilas. Son terriblemente peligrosos para los caballos. Del mismo modo, despedazan a los hombres que encuentran a la vista.
San Isidoro, Etimologías.

interior iglesia de Quintanilla de las ViñasA través de la angosta puerta de entrada, nos inunda de una sensación de estrechez y oscuridad, pero pronto nuestra mirada se dirige al ábside y su magnífico arco triunfal de herradura, el más perfecto de la arquitectura visigoda en España. Roleos vegetales, racimos y aves lo decoran. Pero lo realmente extraño llega cuando nos fijamos en los sillares en los que se apoya el arco.

Este es el lugar más sagrado e importante de la iglesia, foco de las miradas de los fieles. Teniendo en cuenta este dato no deja de ser sorprendente que los relieves que decoran estos sillares muestran unos motivos muy alejados del cristianismo católico imperante en la época: A la derecha, una pareja de ángeles sostienen un medallón en el que aparece una divinidad solar bajo una clara inscripción que dice «SOL». Esta representación nos puede remitir al Helios griego, o incluso al Ra egipcio, pero también puede denotar una relación no poco habitual en el cristianismo entre Apolo y Cristo. En el borde superior aparece esta inscripción: «OC EXIGVVM EXIGVA OFF(ert) D(e)O FLAMMOLA VOTUM» que se puede traducir como «Yo, la humilde Flamola, ofrezco este pequeño regalo como un voto a Dios».

En el lado izquierdo, la imagen, aunque rota, no es menos sorprendente: dos ángeles sostienen otro medallón con una divinidad lunar. La inscripción superior así nos lo confirma: «LUNA». La presencia de estos símbolos han llevado a muchos investigadores a considerar el templo de Quintanilla de las Viñas como un lugar no católico, más propio de creencias heréticas dentro del marco del cristianismo primitivo, como fueron el Arrianismo, el Gnosticismo o el Maniqueísmo. Más abajo veremos estas teorías y símbolos en detalle.

Quintanilla en el ‘mágico’ paralelo 42N

Paralelo 42

La línea del paralelo 42N es la línea sobre la que se han creado algunos de los grandes movimientos religiosos de la antigüedad.

Juan G. Atienza, en su libro ‘Guía de la España mágica‘, pone en relieve un dato que ha sido pasado por alto en la mayoría de las investigaciones, y es que Quintanilla de las Viñas está ubicada sobre la línea precisa del paralelo 42N, y curiosamente esto se repite en la mayoría de templos visigodos en la Península Ibérica: desde Santa Comba de Bando en Orense, , hasta San Juan de Baños en Palencia. Esta característica denotaría un conocimiento cosmológico y trascendente por parte de los constructores visigodos (considerados primitivos e incultos).

La línea del paralelo 42, por algún motivo desconocido, une a lo largo de todo el mundo una larga serie de núcleos de la historia de las religiones. Es la linea sobre la que se han creado los grandes movimientos religiosos de la antigüedad: Roma, el monte Ararat en Turquía (donde el Génesis ubica el lugar en el que se podó el arca de Noé), los montes sagrados de la Hélade en Grecia, y la zona donde mongoles y tibetanos sitúan el reino legendario del Agharta.

 

‘Sol’ y ‘Luna’, unos relieves muy misteriosos

Relieves del Sol y la Luna en Quintanilla de las Viñas

Estatuilla de la diosa Ishtar, coronada por una media luna

Estatuilla de la diosa Ishtar, coronada por una media luna

El misterio rodea estos relieves de Quintanilla de las Viñas: representaciones paganas del Sol y la Luna en el lugar de máximo protagonismo dentro de una iglesia cristiana. Esto podría apuntar a la posibilidad de que nos encontremos con un templo cristiano, sino de un grupo no católico, incluso herético. La España visigoda era todavía un lugar muy heterogéneo a nivel religioso y, además de los judíos que profesaban su propia fe, el Cristianismo primitivo mantenía vivas algunas creencias como el arrianismo. Especialmente la representación masculina del sol y de la luna del ábside, además de las uvas y otros detalles, apuntaría una relación con cultos maniqueos o gnósticos.Pero, ¿cómo llegaron estos símbolos del lejano oriente a la Hispania Romana?.

El arrianismo penetró en la Península Ibérica con la invasión de los suevos, vándalos y alanos, en el año 409, y con la entrada de los visigodos en 414. Condenado en el concilio de Nicea (325), fue una herejía que negaba que Jesús tuviera la misma condición divina que Dios Padre, siendo un mortal ‘adoptado’ en cierto modo por Dios. Los visigodos, en tierras germanas, se convirtieron al arrianismo a través del misionero godo ‘Wulfilas’ (el hijo del lobo), arriano, que les convirtió a esta doctrina. Lo interesante es que el arrianismo y el maniqueísmo compartían creencias parecidas muy interesantes a la hora de abordar los símbolos de Quintanilla de las Viñas.

Luz y Tinieblas

En el dualismo persa o maniqueísmo, basado en la doctrina de Manes (S.IV) el mundo comenzó como una mezcla de dos elementos opuestos: la luz y las tinieblas, el bien y el mal. En la elaborada cosmogonía maniqueísta, cuando el sol y la luna fueron creados, el primero era lugar del «hombre original», «amigo de la luz» y del «espíritu de vida»; mientras que en la luna residiría la «madre de la vida» (Ishtar babilónica) y la «señora de luz». Ambos astros fueron creados del material más puro de luz posible, navegando ambos en el océano del cielo. Ejercen una función limpiadora, al separar los elementos de la luz de los elementos de las tinieblas.

Dolmen de Cubillejo de Lara

Dolmen de Cubillejo de Lara

Años después de que Don Bonifacio Zamora encontrara esta iglesia en el año 1921, la iglesia de Quintanilla de las Viñas se convirtió en lugar de peregrinación de numerosos arqueólogos, lo que desembocó en el  hallazgo colateral de restos de asentamientos de diferentes épocas, algunas muy remotas, como por ejemplo el Dolmen de Cubillejo de Lara o también llamado Dolmen de Mazariegos. Es de tipo sepulcro de corredor (similar al Dolmen de Sedano), bastante bien conservado y fácil de visitar, pues se encuentra al pie de un camino a la salida del pueblo de Quintanilla de las Viñas. En él se encontraron restos de 4 individuos un brazalete, sílex y restos de cerámica.

Agradecimientos a Antonio Velasco por la información y las fotografías.

© Texto y fotografías por Alberto Guerra e Iván Delso.

Ruta circular: Dolmen de Cubillejo, huellas de dinosaurio y mucho más

DATOS DE INTERÉS

Mapa Quintanilla de las Viñas
 Dónde: Quintanilla de las Viñas se sitúa en la región de Lara, Burgos. Se puede llegar desde la ciudad de Burgos, por la N234 dirección Salas de los Infantes hasta la desviacion hacia Quintanilla de las Viñas en el kilómetro 45. Después de atravesar el pueblo se puede ver una desviación que indica la dirección hacia la ermita. 

 Qué ver: Desde la propia ermita de puede ver en lo alto de un risco los restos del castillo de Lara de los Infantes, donde nació Fernán González, primer conde Castellano.

 Links y bibliografía: 
    - Rafael Barroso Cabrera y Jorge Morín de Pablos. La Iglesia de Santa María de Quintanilla de las Viñas. Ediciones B.M.M & P. Mayo 2001. 
    - Juan G. Atienza. Guía de la España Mágica. Ediciones Martínez Roca 1981.
    - Revista Historia 16 Año V Extra XV. Octubre 1980.

2 comentarios Mostrar comentarios Ocultar comentarios
  • algo muy intersante que se comenta en este artículo,que esta edificación es que su uso original fue «arriano».Me da a mi por una investigación que he estado haciendo que esta ermita es del mismo tiemp que la que hay en Barbadillo del Mercado y que es muy probable que su construcción sucediese cuando los visigodos se implantan en la cuenca del Duero,entre principios y mediados del siglo V

  • Hola Vicente! Actualmente seguimos investigando los remanentes de otras edificaciones de tiempo visigodo, te agradezco la indicación de Barbadillo, que sin duda visitaremos

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